20 feb 2012

La moral no se piensa, se siente: el emotivismo moral de David Hume


Hume, después de haber cimentado los claros límites del conocimiento humano, no dejó en segundo lugar, aunque pueda parecerlo por el orden expositivo empleado, el problema de la moral y de los juicios morales. Como buen ilustrado que era, su análisis de la naturaleza humana buscaba también, entre otras cosas, ofrecer una explicación razonable de la conducta humana en el ámbito moral, explicación que resaltara la innata sociabilidad del ser humano y su preocupación por el bien ajeno y por la estabilidad social.

Así, la razón nos ofrece el escenario moral sobre el cual el sentimiento juzga y nos impulsa a actuar, pero no de un modo arbitrario y subjetivo, sino a través de esa simpatía inscrita en nuestra naturaleza que nos hace solidarizarnos con los demás o rechazar toda aquella conducta que pueda ser un obstáculo para la convivencia y el orden social.









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