La historia de la ciencia está repleta de grandes logros así como de grandes fiascos. Con respecto al origen de la vida y a los mecanismos que la permiten, hasta bien entrado el siglo XVIII la postura dominante era el fijismo, versión científica de las ideas creacionistas firmemente arraigadas en la cultura occidental hasta ese momento.
Ahora bien, la idea de progreso tan venerada en la Ilustración así como la necesidad de conciliar las explicaciones científicas a las nuevas expectativas socioculturales prendieron la "llama evolucionista" (por supuesto, esta afirmación no deja de ser una simplificación con intenciones pedagógicas).
Y, siguiendo con las simplificaciones y con ese juego tan tentador de buscar parejas de ideas opuestas, en el marco de los primeros momentos del evolucionismo destacan las aportaciones de Lamarck y Darwin:
A continuación, los famosos experimentos con los guisantes de Mendel sirivieron, entre otras cosas, tanto para el despegue definitivo de la Genética como para explicar las leyes de transmisión hereditaria dentro del marco del neodarwinismo:
CONTINUARÁ...
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